Prácticas sexuales de riesgo para la transmisión del VIH

Las relaciones sexuales sin protección conllevan un riesgo muy alto

La transmisión del VIH se da, mayoritariamente, por las relaciones sexuales sin protección en el intercambio de fluidos de persona infectada a persona no infectada. Por ello es importante practicar relaciones sexuales con protección y conocer los riesgos a los que estás expuesto si las realizas sin preservativos. Existen diferentes grados de riesgo que más abajo te explicamos.

No sólo deben protegerse usando preservativos las personas sin VIH, sino también las que conviven con él: protegerse por una reinfección del VIH y proteger a sus parejas sexuales es también muy importante.
El sexo sin protección es la principal forma de transmitir el VIH, pero también lo pueden transmitir las personas que comparten drogas inyectables (agujas) o madres embarazadas a sus bebés, así como la leche materna.

El VIH no se transmite en los actos cotidianos de nuestra vida diaria.

Prácticas sexuales de alto riesgo (sin protección):

Coito vaginal
Coito anal
Sexo oral con eyaculación en la boca
La penetración anal o vaginal conlleva más riesgo que el sexo oral.
La penetración anal conlleva un mayor riesgo que la vaginal. La mucosa es más frágil.
El VIH se transmite con mayor facilidad de un hombre a una mujer.
El riesgo incrementa todavía más si cabe si hay heridas o la zona está irritada, así como la presencia de sangre (menstrual o no).

SEXO ORAL: Sí hay riesgo.
En esta práctica sexual el riesgo es para la persona activa si se lo realiza a una persona infectada, ya que pone en contacto su boca con el semen/flujo (o quizá sangre, si hay heridas) de la otra persona. El riesgo se elimina con barreras que impidan dicho contacto.

>> En una felación evita la eyaculación en la boca, el riesgo se reduce importantemente.

>> En un cunnilingus el riesgo aumenta si hay sangre. Menos riesgo que la felación.
>> En el annilingus existe riesgo si hay sangre en heces o en zona anal. Poco riesgo de VIH, pero alto de sífilis o hepatitis.

El sexo oral no supone riesgo al que se lo practican, porque la saliva además de inhibir el virus, no lo transmite.

Los juguetes sexuales sólo presentan riesgo si se intercambian.

Prácticas de riesgo menor:

Felación sin eyaculación y sin preservativo
Cunnilingus sin método de barrera
Beso negro o annilingus sin método de barrera

Cómo no se transmite el VIH:

El VIH no se transmite en los actos cotidianos como los besos, caricias, duchas, estornudos, alimentos, cubiertos, piscinas, etc.

Contacto con saliva, lágrimas, sudor, heces u orina.

Picaduras de insectos.

A través de mascotas o animales.

Es importante conocer los riesgos y saber cómo se transmite o no el virus causante a largo plazo del SIDA para no discriminar a las personas seropositivas que tienen una vida normal.

Motivos para hacerse la prueba del VIH

Un 30% de las personas que tienen el VIH lo desconocen

¿Sabías que en España existen un 30% de personas con la infección que no saben que son portadoras del virus?. Ese porcentaje de personas son las causantes del resto de contagios y, además, al desconocer su estado serológico, pueden empeorar su salud de un día para otro si no tratan la enfermedad, que para miles de seropositivos es igual de normal que para los seronegativos gracias a los avances en la medicación. Para prevenir, para cuidarte y para seguir disfrutando de tu vida es importante salir de dudas. Conoce a continuación cuándo y por qué debes hacerte la prueba del VIH, causante a largo plazo (sin tratarla) del SIDA.

¿Cuándo debo hacerme la prueba del VIH?

Si crees que has mantenido una práctica de riesgo no esperes a realizarte la prueba del VIH: acude a tu médico o una organización especializada y coméntales tu caso. Allí te explicarán en qué consiste la prueba del VIH y si debes hacerla. Recuerda que es voluntaria y confidencial.

Tras realizarla, un resultado negativo siempre que la persona no haya tenido prácticas de riesgo, es sinónimo de que no se ha infectado.

Si la persona se ha infectado con el virus, el sistema inmunitario tarda un tiempo en producir anticuerpos en una cantidad suficiente como para ser detectados por la prueba, aunque ese tiempo no es igual para todas las personas. Ver AQUÍ todos los detalles y organizaciones donde podrás hacerte la prueba recibir ayuda.

¿Por qué es importante hacerse la prueba del VIH?

Como ya hemos comentado, cerca del 30% de las personas que lo tienen no sabe que está infectada por el VIH. Más de la mitad de las nuevas infecciones se producen en este grupo de población no diagnosticada, por lo que son responsables de las nuevas transmisiones.

El diagnóstico precoz permite beneficiarse lo antes posible de un seguimiento médico y acceder un tratamiento que te permita vivir con normalidad y evitar que la enfermedad prosiga de VIH a SIDA.
Además permite adoptar medidas para evitar la transmisión del VIH a otras personas.
Las primeras semanas después de la infección la infectividad es muy elevada, por lo que el riesgo se multiplica.
La motivación para realizarse la prueba disminuye al pasar el tiempo desde la posible práctica de riesgo.

¿Quiénes deberían hacerse la prueba del VIH?

Cualquier persona puede estar contagiada del virus causante del SIDA, sobre todo si ha tenido prácticas de riesgo, independiente de su estatus social, procedencia, identidad sexual, etc.

Las recomendaciones del Ministerio de Sanidad son las siguientes:
La prueba del VIH está enfocada a todas las personas que lo soliciten
Si estás o piensas quedarte embarazada. La transmisión al bebé en el caso de estar infectada con el VIH puede producirse.
Ante cualquier relación sexual sin protección, penetrativa con personas con o sin VIH.
Si padeces o has padecido alguna Enfermedad de Transmisión Sexual (ETS) como la gonorrea o sífilis.
Si tienes pareja estable y quieres dejar de usar el preservativo.
Si procedes de algún país con una prevalencia del VIH superior al 1%.
Si eres pareja sexual de una persona seropositiva
Si has usado drogas, inyectadas o no (y también tus parejas sexuales).
Si eres hombre que mantiene relaciones sexuales con hombres (y también sus parejas).
Si ejerces la prostitución. Parejas sexuales y clientes.
Si es persona heterosexual con más de una pareja sexual en los últimos doce meses.
Si has sufrido una agresión sexual
Si presentas riesgos o síntomas propios de la infección por VIH.
Si has tenido una exposición de riesgo ocupacional del VIH.