El nuevo tren turístico entre las montañas que está arrasando en Aragón este verano

El Expreso de Canfranc lleva ya miles de billetes vendidos para la temporada estival: así es un recorrido en este famoso tren con sede en Casetas

tren turístico pirineo
Tren turístico en el Pirineo de Aragón que está triunfando este verano.

 

Es un sueño hecho realidad para miles de aficionados al ferrocarril de toda Europa y para también muchos aragoneses. La reapertura de la línea de Canfranc tras una profunda renovación (de hasta 150 millones de euros) ha permitido aprovechar el «tirón» turístico del Pirineo aragonés, y de qué manera.

La idea (no tan alocada) que salió de las naves de la AZAFT en Casetas se ha convertido en un éxito. En colaboración con ALSA, la Asociación Zaragozana de Amigos del Ferrocarril está surcando durante este verano las montañas pirenaicas gracias a su tren «Expreso de Canfranc» que, en apenas 30 minutos, deja boquiabiertos a todos los viajeros, quienes pueden disfrutar de una experiencia única a bordo de un tren histórico que tampoco deja indiferente.

Un ‘cóctel‘ de sensaciones y emociones a bordo con destino a también la histórica estación de Canfranc, punto que estalla en leyendas e historias en torno al tren pero también a sucesos que han marcado la vida de toda Europa.

 

Así es un viaje en el histórico Expreso de Canfranc, en servicio hasta el final del verano, entre Canfranc y Jaca

A las nueve y cuarto de la mañana, la locomotora antigua arranca suavemente desde la estación de Canfranc. El chirrido leve del acero sobre las vías, el vapor que se cuela entre los árboles, y el murmullo emocionado de los pasajeros dibujan una escena que parece robada de otro siglo. Así comienza el viaje a bordo del Expreso de Canfranc, el tren que ha devuelto el alma al Pirineo aragonés tras la ‘cabezonería’ aragonesa que buscaba poner en valor el valor histórico de Canfranc y el ferrocarril.

El trayecto es breve, apenas media hora hasta Jaca, pero lo que ocurre durante esos minutos transforma completamente la noción de viajar. No se trata de ir de un punto a otro. Se trata de estar presente en cada curva del valle, de mirar por las ventanillas de madera abiertas y notar cómo el aire de montaña acaricia el rostro, más si vienes del calor intenso de la ribera del Ebro.

A un lado, el río Aragón dibuja su camino entre las rocas. A otro, los bosques densos suben por la ladera como un oleaje verde y silencioso. Uno se siente pequeño, pero afortunado de vivir un viaje lleno de color e historia.

Dentro del tren, el tiempo no corre igual. Hay quien toma asiento en los compartimentos restaurados con esmero, con bancos tapizados y lámparas tenues, como si el coche se hubiera detenido en los años treinta. Otros prefieren el coche panorámico, amplio y luminoso, para dejarse abrazar por el paisaje.

Al llegar a Jaca, el tren se despide con el mismo ritmo pausado con el que llegó. No hay bocinazos ni prisas. Solo un silbido largo, como si el tren saludara a la montaña. En el andén, algunos viajeros se quedan haciendo fotos.

Horarios del tren: tres salidas diarias entre Jaca y Canfranc y, además, con dos paradas intermedias

El Expreso de Canfranc circula de miércoles a domingo, con tres salidas diarias por sentido. Desde Canfranc parte a las 9:15, 12:15 y 16:15. Los fines de semana añade un servicio extra a las 8:00 sin circular a las 9:15.

Desde Jaca, los trenes salen a las 10:30, 13:30 y 17:30. Entre ambas estaciones hay dos paradas intermedias: Villanúa y Castiello de Jaca, pueblos con encanto que son muy visitados en periodo estival.

Además, hay que tener en cuenta que se puede «subir» a Canfranc en el tren y bajar con el mítico canfranero de Renfe, e incluso combinar buses comarcales u otros entre Huesca y Jaca, o entre Jaca, Huesca y Zaragoza. No es obligatorio hacer el viaje de ida y vuelta.

Los billetes pueden adquirirse por unos 17 euros en los compartimentos estándar, 20 si se opta por el coche panorámico, y 25 para quienes elijan el coche restaurante. Para los trayectos cortos, como entre Jaca y Villanúa, hay tarifas reducidas de 5 a 8 euros, dependiendo del tramo y la edad del viajero.

El tren admite bicicletas, algo que muchos aprovechan para combinar el trayecto con rutas a pie o en bici por el entorno natural. De hecho, es habitual ver a franceses que realizan rutas en la parte aragonesa.

Cada tren tiene capacidad para 230 personas, por lo que las plazas son limitadas. Se calcula que más de 4000 billetes han sido vendidos, lo que se considera como un éxito sin precedentes. Una cifra que irá incrementándose.

Aquí puedes ver más detalles del Expreso de Canfranc, la leyenda entre montañas que se ha estrenado este verano en Aragón: