Graus

Graus, pueblo famoso por sus embutidos

Graus, el pueblo de los embutidos

Graus es uno de los pueblos con más encanto de la provincia de Huesca. Sus primeras huellas se remontan al Paleolítico, donde se han encontrado diferentes huesos y ornamentos en la falda de la Peña de las Forcas, que hoy en día se pueden contemplar en el Museo Provincial de Huesca.

El nombre del pueblo viene dado por los romanos, que lo bautizaron como Gradus (paso estrecho) debido a su localización entre las montañas de la Peña Morral y Las Forcas.
Posteriormente el pueblo fue un importante punto estratégico para los musulmanes durante muchos años, hasta que el rey Sancho Ramírez lo reconquista en el año 1083.

A principios del siglo XIX fue invadido por tropas francesas, viviendo enfrentamientos entre liberales y absolutistas en las famosas guerras carlistas. Durante la Guerra Civil española, Graus fue utilizado como un fuerte punto de la zona republicana, lo cual supuso violentas y numerosas ejecuciones de religiosos y la destrucción de importantes piezas del patrimonio cultural del pueblo.

Dejando de lado el valor histórico del pueblo, tienen numerosas tradiciones que hoy en día siguen celebrando. Todos los 17 de enero, para San Antón, un carro va casa por casa bendiciendo a los animales y recogiendo productos.

En primavera comienzan a intensificarse las romerías, y el día 1 de Mayo, los habitantes van en romería a la Ermita de San Pedro Mártir, acompañados de la bendición de términos y comida campestre.

En cuanto a su entorno natural, Graus se presenta como puerta de entrada al Pirineo, contando con unas cualidades paisajísticas muy variadas y únicas. Cuentan con un terreno muy propicio para el cultivo y con llanuras de bosque mediterráneo.

Podemos decir que la gastronomía es uno de los factores de mayor relevancia de Graus.
Realizan preparaciones típicas de la zona, como es el ternasco a la brasa, el cordero a la pastora o la trucha de río.

Sin embargo el municipio es famoso por la elaboración de todo tipo de embutidos, especialmente por su famosa longaniza, convirtiéndose en uno de los productos gastronómicos más conocidos a nivel regional y nacional. En julio celebran el Día de la Longaniza, donde se elaboran grandes parrilladas donde los habitantes del pueblo se reúnen para probar la matanza de ese año.

Entre sus monumentos podemos destacar la Basílica de la Virgen de la Peña, una construcción de estilo gótico-renacentista, o el barrio de Barrichós, donde se plasma el paso de las diferentes civilizaciones que han pasado por Graus a lo largo de la historia. Pero si hay algo único en este pueblo esa es su plaza con sus soportales y sus magníficas fachadas que convierten a este municipio en uno de los más bonitos de Aragón.

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