Dos bloques de vivienda empiezan a construirse en el barrio, de 17.000 habitantes, un hecho casi insólito desde la crisis y tras el fracaso de otras promociones
Faltan pocos minutos para que sean las 19:00 horas y, en breves, se hará de noche en el antiguo campo de fútbol de La Camisera, en el barrio Oliver. Allí, una joven pareja mira con ilusión a las obras que han comenzado hace pocos días en el solar que dejó la zona deportiva cuando esta se trasladó a unos 300 metros de este lugar en el año 2002.
Se han comprado un piso en una de las dos promociones que se levantan, en estos momentos, en el ‘corazón‘ de uno de los barrios con más estigma por parte de la ciudadanía zaragozana.
A pocos metros, se sitúa la zona con menor renta de la ciudad, de pisos sindicales; más hacia Lagos de Coronas, Carrera de La Camisera, una zona que antes de la Expo acogía a decenas de personas que vivían en infraviviendas y que ahora ha cambiado su aspecto de manera radical, pese a que cuenta con muchas parcelas abandonadas.
Han pasado casi dos décadas desde que las instalaciones deportivas se marcharan a una zona más pegada al barrio de Miralbueno. 20 años en los que el solar ha estado abandonado, pese a que desde la Asociación de Vecinos de Oliver-Aragón se pidió en más de una ocasión un arreglo, incluso voluntario y ciudadano, para revertir la situación. Ha llovido mucho. Pero, al fin, los vecinos ven la luz al final del túnel: una nueva promoción de viviendas que es esperada en el barrio como agua de mayo para dejar atrás la suciedad y el abandono del solar.
El barrio Oliver de Zaragoza, con 17.000 habitantes, forma parte del distrito Oliver-Valdefierro. Pese a que es este último barrio el que está liderando el crecimiento, con grandes promociones junto al Anillo Verde, la centenaria zona de la ciudad quiere salir de letargo y, sobre todo, perder el estigma que muchas personas tienen sobre el barrio, al que consideran peligroso y poco atractivo para vivir.
Un extremo que podría estar empezando a quedar atrás, a tenor del crecimiento urbanístico que está viviendo. Desde la crisis inmobiliaria no se levantaba ningún bloque de viviendas como los que ahora se erigen en el núcleo central del barrio; todas las promociones fracasaban, ya que las familias no querían apostar por Oliver para vivir. El avance de los trabajos y las primeras grúas para levantar los nuevos edificios son una señal de que las promociones rozan el éxito, pese a que todavía quedan pisos por vender, por lo que es de esperar que ya no se vea con tan malos ojos hacer vida aquí, más con población que llega de fuera del distrito o barrio.
Así serán las dos promociones de vivienda que ya se levantan en el barrio y que ayudarán a revitalizar el barrio
La primera gran promoción se llama «Mo» y está situada en el solar del antiguo campo de fútbol mencionado, junto al Centro de Salud, guardería y el parque que separa Oliver de Miralbueno. Los trabajos para levantar el bloque ya han comenzado. En la actualidad quedan algunas viviendas disponibles, desde 159.000 euros y 89 metros cuadrados.
La otra promoción de vivienda, de Imago Gestión, está situada en Ángela Bravo Ortega, muy cerca del Anillo Verde y Vía Hispanidad. Aquí, las obras, cuya foto se puede ver más abajo, están más avanzadas. Cerca se sitúan colegios, instalaciones deportivas y con el paso de hasta 5 líneas de autobús urbano.
Cabe destacar que, anteriormente, varias promociones de vivienda han fracasado en la zona. Una, muy cercana al edificio que se levanta en Ángela Bravo Ortega, cuyo solar se anuncia en venta y, otra, en pleno Anillo Verde, en la antigua zona conocida como el «cubrimiento de la vía».
El precio medio de la obra nueva, de los primeros pisos vendidos en el barrio, es de 1665 euros por metro cuadrado, aunque el valor medio asciende a los 2300 euros. No obstante, la cifra puede dispararse hasta más de 3200 euros/m2 si tenemos en cuenta que también existen promociones de casas más exclusivas.
Los habitantes del barrio creen que la llegada de población de fuera del barrio puede ayudar a revitalizar Oliver, un barrio que cuenta con numerosos servicios públicos que otras zonas de nueva creación, y mayor población, no tienen.
De paso, esperan que el estigma que sufren sus habitantes al decir «yo soy de Oliver» vaya desapareciendo poco a poco y, sobre todo, que la inversión pública (prometida), en la zona, llegue (a través del PIBO, el Plan Integral del Barrio Oliver) cuanto antes, puesto que hay muchísimas necesidades sociales y urbanísticas. De nada serviría que las flamantes nuevas promociones lleguen al barrio: esconderían los problemas existentes bajo la alfombra por una superficialidad urbanística que, a la larga, no soluciona las cosas.