El Casco Histórico de Zaragoza no es ajeno a la llegada de negocios enfocados al turista: varias licencias urbanísticas dan prueba de una tendencia que no puede evitar la ciudad

El Casco Histórico de Zaragoza está experimentando una transformación orientada al turismo, un fenómeno que, aunque más moderado que en otras ciudades españolas, está marcando el pulso comercial y social de la ciudad.
La llegada de nuevos negocios, como heladerías y tiendas especializadas en servicios para turistas, está modificando el paisaje urbano y comercial de zonas emblemáticas como la calle Alfonso I. Por si fuera poco, hay varios proyectos aprobados y en marcha para ampliar o reconvertir edificios abandonados para usos hoteleros.
A diferencia de ciudades como Barcelona o Palma de Mallorca, donde la masificación turística ha generado tensiones sociales y urbanísticas, Zaragoza mantiene un perfil más moderado. Según datos del Ayuntamiento, la ciudad cuenta con cerca de mil viviendas de uso turístico, una cifra que está lejos de los niveles de otras grandes ciudades españolas.
Sin embargo, la tendencia es imparable y el Casco Histórico de la ciudad ya nota a pasos agigantados el auge de la llegada de más visitantes, sobre todo por el impulso de grandes eventos que generan una dinamización de la economía local en los sectores turísticos expuestos, pero que también causan un incremento del precio de la vivienda.
Los ejemplos de que el Casco Histórico está cambiando de manera rápida: los proyectos y nuevos locales enfocados al turismo
En el corazón del Casco Histórico, un edificio que durante años permaneció cerrado y deteriorado en la emblemática Plaza Sas está siendo rehabilitado para convertirse en un nuevo alojamiento turístico.
Pero edificios abandonados o que eran viviendas residenciales y que han pasado al uso de apartamento turístico hay varios en el centro de la ciudad. Por ejemplo, en la propia calle Alfonso, donde las iniciales «VUT» se han incrementado de manera notable y grandes grupos han realizado inversiones millonarias para aprovechar el «tirón» del turismo.
Por su parte, en la calle Jussepe Martínez, un edificio histórico que llevaba años cerrado y en abandono está experimentando una transformación para convertirse en un hotel. La empresa responsable ha recibido luz verde para cambiar su uso residencial y adaptarlo como alojamiento turístico. Dado que el inmueble está protegido por su valor patrimonial, las obras se tendrán que realizar con especial cuidado para respetar su arquitectura y preservar su esencia.
Negocios en locales comerciales que se transforman para el turista
Las inversiones van más allá de la rehabilitación de grandes edificios. Se trasladan también al comercio a pie de calle. El nuevo negocio, muy visible por los zaragozanos, es el situado en la avenida César Augusto, en el que una empresa ha abierto “Kuik«, un espacio de consignas para dejar las maletas que abrirá de 7:00 a 22:00 horas sin personal en la capital aragonesa.
«Deja tus cargas, vive la ciudad a tu ritmo«, dice el eslogan que ayudará al turista a visitar la ciudad sin portar maletas o grandes mochilas, orientado al visitante que trasborda en la ciudad o está de paso (pocas horas).
Otros negocios también han aterrizado en los principales ejes de la ciudad, situados en el ‘corazón’ turístico de la capital aragonesa. La calle Alfonso I, además de acoger nuevos apartamentos para turistas, ha vivido una transformación durante los últimos años: se dice adiós a los comercios tradicionales para acoger grandes franquicias de comida rápida, supermercados de bajo coste (abiertos a todos los ciudadanos) o heladerías.
Por ejemplo, Divorare aterrizó ofreciendo sus famosas foccacias; PrimaPrix, como supermercado de bajo coste, como ‘Normal‘, pero también Kukusumusu o heladerías como Ferrara o La Zaragozana.