Un nuevo negocio, esta vez de comida asiática, ocupará el mítico local que era una referencia para zaragozanos y visitantes
Todos los que pasen estos días por la céntrica calle Don Jaime I, junto a la Plaza del Pilar, verán que hay movimientos en el local que, antiguamente, ocupaba el mítico restaurante buffet «Las Palomas». Este, que era una auténtica referencia para todas las personas que visitaban la ciudad por su centralidad, se vio afectado por las restricciones impulsadas para detener las constantes olas de contagios que afectaron a la ciudad.
Durante estos últimos meses se han sucedido los trabajos de reforma en su interior, siendo estos más importantes estas semanas. El restaurante, que desde finales de 2021 colgó el cartel de ‘se alquila‘, no tardó mucho tiempo en encontrar sustituto. En pocos meses tuvo nuevo inquilino, el cual ha ido reformando sus interiores poco a poco hasta llegar a febrero con prácticamente sus interiores acabados.
Se trata de Sushiye, un nuevo local que está llamado a ser un punto de restauración único en un enclave privilegiado: se sitúa en el ‘corazón’ de la ciudad, junto a la Fuente de Goya, uno de los puntos más turísticos de la ciudad, donde además arranca la ruta del bus turístico.
Aunque los trabajos de reconversión llevan produciéndose a diferentes ritmos desde hace meses, es ahora cuando se están acelerando los trabajos, por lo que apertura se podría producir en las próximas semanas. Se desconoce, de momento, la fecha de inauguración exacta del local.
Desde la calle se puede observar cómo ya se ha instalado el letrero, las puertas, los toldos, la cartelería interior y una gran barra bienvenida con luces de colores. Está por ver si ofrecerá una gran carta de sushi y su modelo, si se tratará de un buffet como los que ya existen en la capital (Sushisom o Sushiko, por ejemplo).
¿Qué paso con el restaurante Las Palomas?
Las restricciones provocadas por la crisis sanitaria propiciaron su cierre. Sin embargo, también afectó a la actividad del negocio la irrupción de otros conceptos similares, especialmente de buffets de comida asiáticos, que ya se iban extendiendo por Zaragoza y que tenían un precio mucho más económico.
Primero, tuvo que hacer frente a los restaurantes Sakura, que se extendieron rápidamente por varios puntos de la capital aragonesa (ahora quedan pocos). Posteriormente, restaurantes de sushi fueron abriendo en la ciudad, lo que acabó por dinamitar el modelo de buffet libre de comida mediterránea y aragonesa que tenía el emblemático local situado en la Plaza del Pilar.
Las Palomas ofrecía, entre otros platos, tapas, paella, calamares, croquetas de jamón y una amplia oferta variada de postres. Su fuente de chocolate y el resto de platos eran visibles desde la calle.