Un incendio de grandes proporciones ha afectado al edificio donde residía uno de los presuntos implicados en los robos en el Cementerio de Torrero y que habría sido «desterrado» de Zaragoza

Pasaban pocos minutos de las 4:00 de la madrugada y los Bomberos de Zaragoza recibían llamadas alertando de un incendio en un garaje de un edificio del barrio de Oliver de Zaragoza. Este, muy cercano a la arteria principal, Antonio Leyva, se sitúa en en el número 5 de la calle Eva Duarte, y ha sido testigo en las últimas semanas de problemas y conflictos en el barrio al residir en el bloque algunos de los responsables de los hurtos cometidos en el cementerio de Torrero.
Los efectivos del Ayuntamiento han tardado dos horas y 37 minutos en sofocar las llamas, y hasta allí, además de la Policía Nacional, han llegado varios vehículos de los Bomberos: una ambulancia, un furgón, una unidad de mando, otra bomba nodriza, una auto escala de 30 metros y una bomba urbana ligera. Posteriormente, regresaban a la zona para realizar inspecciones y labores de control o asesoramiento.
El incendio ha calcinado por completo cinco furgonetas, y las llamas han alcanzado una vivienda situada en un piso de la planta baja, que ha quedado inhabitable. En ella vivía una familia con una mujer embarazada. Si hay algo que tienen claro los vecinos del entorno y del propio edificio es que el fuego ha sido intencionado.
En los últimos días, los vecinos habían recibido amenazas, precisamente, de que iban a quemar el edificio. No obstante, la investigación sigue abierta y la Jefatura Superior de Policía de Aragón está trabajando de manera coordinada con la Policía Científica para investigar los hechos. No se descarta ninguna hipótesis.
Afortunadamente, no ha habido que lamentar daños personales, pese a que la situación que se ha vivido en algunos momentos ha sido «límite»: algunos vecinos han intentado salvar a sus vehículos, sin éxito, con las llamas muy cerca y, por otro lado, un bebé ha sido trasladado al hospital por problemas respiratorios. Además, las personas que habitan la casa afectada han sido alertados por otros vecinos de la situación en plena madrugada y cuando el fuego ya estaba dentro de su vivienda.
Durante las dos últimas semanas se han vivido situaciones «muy tensas» en el edificio, ya que allí residía al menos una de las personas que habría cometido los robos en el cementerio de Torrero.
Los autores habían sustraído decenas de elementos del camposanto zaragozano, afectando a más de 500 sepulturas en Torrero. El material robado, posteriormente, se vendía en chatarrerías por unos 4.000 euros.
Entre las sepulturas dañadas se encontraban fallecidos de etnia gitana, lo que ha desencadenado graves conflictos y amenazas. Precisamente, la Policía temía que ocurrieran estos sucesos, puesto que uno de los presuntos ladrones había confesado «tener mucho miedo» de represalias por lo ocurrido.
Según los vecinos, el presunto ladrón que residía en el edificio habría abandonado la ciudad de Zaragoza de manera forzosa bajo la «ley gitana» y el «destierro gitano«, que es una expulsión social o territorial impuesta hacia las familias que han cometido una falta grave en sus normas tradicionales. Como es lógico, no tiene validez jurídica oficial en España ni tampoco existe una mediación ni justicia formal.